Cada día que tengo el honor de trabajar con mis grupos de adultos mayores, les comento que cada día que amanecemos es un triunfo para nosotros, sin importar la edad, ya sea un niño, un joven o un adulto mayor, para todos es un triunfo y debemos de agradecerle a Dios por el y disfrutarlo y aprovecharlo al máximo en cada segundo que estemos vivos, regocijémonos al ver los milagros que nos depara la vida en el día a día, esos milagros llamados avecillas, abejitas, flores, arboles, la sonrisa de un bebe y la risa de un niño, esos son milagros, esos son motivos para seguir viviendo, así que, disfrutemos ese triunfo y agradezcamos a Dios por el.
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