viernes, 31 de mayo de 2013

El abuelo, el eterno guía

No cabe duda que los abuelos son guías y compañeros maravillosos, eternos cómplices, super héroes, cuenta cuentos, narradores incansables de historias y anécdotas, incansables compañeros de juego, dispuestos a consentir cualquier deseo, que no hacen por los nietos.

No importa el cansancio, la edad, enfermedad o problema alguno, lo importante es ese pequeño ser llamado nieto, siempre nos llevan de su mano, y cualquier cosa nos la convierten en juego, mas cuando el camino es largo y ya sea que vayamos a pie o en coche, siempre tienen algo que decirnos, algo que nos haga voltear y nos llame la atención, y de ahí vienen los recuerdos, esos clásicos, "cuando yo era chico (a)"..., o, "de chicos esto era lo que hacíamos".

Las palabras de aliento mas bellas y los mejores consejos los  escuche de mis abuelos (Q. E. P. D.), y siempre fueron las adecuadas, no importo la situación o el problema, siempre fueron las correctas, las acertadas. Y es que ellos saben consolarnos, tomar nuestras manos y dulcemente acariciarlas, así como brindarnos su hombro o su regazo para que lloremos larga y tendidamente; son en pocas palabras las mejores curitas para el alma y para el corazón.

Pasan los años y ellos siguen allí al pendiente, con la misma fortaleza y empeño de siempre, siempre dispuestos, siempre dulces, siempre tiernos, no abandonan su puesto por ningún motivo y jamas lo harán, permanecerán fuertes y decididos, valientes y heroicos, estoicos ante las vicisitudes y situaciones graves, llenos de esa determinación que los caracteriza y los hace seres superiores a los demás.  

Tuve la bendición de tener a mi lado a los mejores abuelos, de que me llevaran de la mano por los caminos de la vida ( y que decir de mis padres, ambos excelentes y grandiosos), que me inculcaron valores y me sembraron la semilla del respeto hacia los demás, de la igualdad, de la humildad, de dar la mano franca a todo aquel que la necesite, el ser servicial, mas no servil, el brindar mi mejor esfuerzo y ser responsable en todas mis acciones, de ser honesto y trabajador, esto y mucho mas me enseñaron y eso lo atesoro y lo guardo muy dentro de mi corazón, y solo espero poder trasmitirlo a mis hijos y en un futuro a mis nietos.

Por eso ellos son los guías eternos y los compañeros perfectos, hoy que no los tengo a mi lado los extraño y los sigo amando, si tú los tienes, disfrútalos y aprécialos al máximo, no los dejes en el olvido y los hieras con tu desdén.


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