San Juan Bautista de Nombre de Dios - Chihuahua. |
En 1997 se celebraron 300 años de la fundación de la misión de San Cristóbal de Nombre de Dios por el padre franciscano Alonso Briones, a orillas del río Sacramento, en el valle donde actualmente está la capital de Chihuahua. Esta misión fue el antecedente de la ciudad y en nuestros días Nombre de Dios es una de sus colonias.
Aunque fue establecida oficialmente en 1697,
data cuando menos de 20 años atrás. Antes de este primer asentamiento
europeo, existía desde tiempo inmemorial una comunidad de indios conchos
que llamaban al sitio Nabacoloaba, cuyo significado se perdió. Y fueron
éstos la justificación de las primeras fundaciones españolas en el
valle de Chihuahua.
A principios del siglo XVIII los únicos habitantes permanentes en la
región de la actual ciudad de Chihuahua y sus alrededores eran unos
cuantos ganaderos y misioneros españoles, además de los indígenas que
vivían congregados en varias comunidades dispersas por las cercanías de
la misión de Nombre de Dios.
En 1702 un vaquero de la localidad, buscando unas bestias en una zona
como a 40 km del lugar, localizó unas minas frente a la actual Estación
Terrazas, en un punto denominado El Cobre, y procedió a hacer la
denuncia respectiva ante el alcalde de Nombre de Dios, en ese entonces
Blas Cano de los Ríos. Otras fuentes indican que fueron descubiertas por
el español Bartolomé Gómez, vecino de Cusihuiriachi.
EL NACIMIENTO DEL HIJO
Tal hallazgo motivó a varios vecinos a explorar los alrededores;
así, en 1704, Juan de Dios Martín Barba y su hijo Cristóbal Luján
descubrieron la primera mina de plata en lo que hoy es Santa Eulalia.
Juan de Dios Barba era un indio converso proveniente de Nuevo México.
En ese tiempo vivía y trabajaba en la misión de Nombre de Dios y unos
tarahumaras le mostraron afloramientos de plata en los cerros cercanos.
Una vez hecho el hallazgo, padre e hijo denunciaron la veta, y la
denominaron San Francisco de Paula. En enero de 1705 el propio Cristóbal
Luján halló otra mina en la región, a la que dio el nombre de Nuestra
Señora del Rosario. Tanto Luján como Barba trabajaron ambos yacimientos
hasta que el primero, al andar en busca de agua, descubrió la veta que
desencadenó la fiebre del oro en la zona.
En 1707, en la parte llamada La Barranca, Luján y Barba abrieron la
mina de Nuestra Señora de la Soledad, llamada La Descubridora, y a los
pocos meses emigraron numerosos mineros a la región; se presentaron
denuncios de minas lo más cercanamente posible al rico filón de La
Barranca.
Después de La Descubridora, se conoce el hallazgo de la llamada
Nuestra Señora de los Dolores por el general José de Zubiate. Éste la
encontró en un paraje localizado a 5 km del actual Santa Eulalia, que
los indígenas llamaban Xicuahua y los españoles corrompieron a
“Chihuahua” o “Chiguagua”. Es un término de origen náhuatl que significa
“lugar seco y arenoso”. Debido a que el origen no es concho, algunos
estudiosos opinan que esa palabra se quedó ahí cuando las tribus nahuas
efectuaban su peregrinar hacia el sur. Allí se desarrolló una pequeña
población poco después conocida como “Chihuahua el Viejo”, de la cual
actualmente sólo existen ruinas de unas cuantas casas.
Como en las cercanías de las minas no se encontraba el agua necesaria
para el beneficio del mineral, crecieron dos centros de población: uno
en La Barranca, en la zona minera, y otro en Junta de los Ríos, cerca de
la misión de Nombre de Dios. En este último se instalaron las haciendas
de beneficio, pues necesitaban agua en abundancia.
Por esas mismas fechas fue establecido el pueblo indígena de San
Francisco de Chihuahua, en la margen derecha del río Chuvíscar y como a 6
o 7 km al sur de Nombre de Dios. Debido a esto, el historiador Víctor
Mendoza sugiere que la palabra “chiguagua” o “chihuahua” es de origen
concho.
Debido al creciente número de habitantes,, en 1708 el gobernador de
la Nueva Vizcaya, don José Fernández de Córdoba, creó la alcaldía mayor
del Real de Minas de Santa Eulalia de Chihuahua, cambiada poco después a
Santa Eulalia de Mérida. Fue así como nació el hijo más importante de
la misión de Nombre de Dios. El primer titular de esta alcaldía fue el
general Juan Fernández de Retana. Llama la atención cómo desde un
principio los españoles se apropiaron del término Chihuahua para
bautizar a Santa Eulalia; quizá se debió a que las minas que encontró
Zubiate en Xicauhua fueron las más prometedoras, cuando menos al
principio. El hecho es que desde entonces a los vecinos les gustó la
palabra Chihuahua y ya nunca dejaría de figurar en la historia de estas
regiones.
NACE EL PRIMER NIETO
El problema inicial que se le presentó a don Juan Fernández de Retana en su nuevo puesto de alcalde en el recién creado Real de Minas de Santa Eulalia de Chihuahua, fue dónde ubicar la cabecera administrativa. Después de explorar toda la región, seleccionó un sitio cercano a Junta de los Ríos, no lejos de Nombre de Dios. Pero antes de llevar a efecto la nueva ubicación, Fernández de Retana falleció en febrero de 1708, y quedó en suspenso la designación.
A mediados de ese año don Antonio de Deza y Ulloa tomó posesión como
gobernador de Nueva Vizcaya. Poco después, a petición de los vecinos de
Santa Eulalia, visitó la región con el fin de decidir dónde establecer
la cabecera, llegándose al acuerdo, por votación, de que fuera en la
región de Junta de los Ríos, o sea, en la zona de influencia de Nombre
de Dios. Sin embargo, el nombre de “Chihuahua” no se perdió, pues en
1718, al ser elevada la comunidad a la categoría de villa por el virrey
Marqués del Balero, se le cambió por el de “San Felipe el Real de
Chihuahua”, esta vez en honor al rey de España, Felipe V. Una vez que
nuestro país se independizó, a la villa se le dio el rango de ciudad en
1823, con el nombre de Chihuahua; al año siguiente pasó a ser capital
del estado.
LA PALABRA “CHIHUAHUA”
Como se menciona en el Diccionario histórico de Chihuahua,
el término prehispánico chihuahua no se asignaba a un punto determinado,
sino a una región de montañas y llanuras delimitadas por las sierras
llamadas actualmente Nombre de Dios, Gómez y Santa Eulalia. Son varias
las teorías sobre el origen del término “chihuahua”. Aquí ya mencionamos
dos; la de su posible procedencia náhuatl o concho, pero también se
sitúa un probable origen tarahumara y hasta apache.
EL FUNDADOR DE CHIHUAHUA
Cuando el gobernador Deza y Ulloa designó a la región de la zona de Junta de los Ríos como cabecera administrativa de la alcaldía del Real de Minas de Santa Eulalia, ya existía en ella una población tan numerosa como la del propio mineral y al parece se encontraba dispersa alrededor de Junta de los Ríos, pero principalmente en San Francisco de Chihuahua. Por lo tanto, Deza y Ulloa simplemente lo elevó de categoría al nombrarlo cabecera, sancionando con su autoridad este establecimiento.
Imagino que estas consideraciones sirvieron de fundamento al
historiador Víctor Mendoza para proponer al general Retana como el
verdadero fundador de Chihuahua, por ser él quien originalmente
escogiera el poblado de Junta de los Ríos. Y también al historiador
Alejandro Irigoyen Páez para sugerir lo mismo en relación con el padre
Alonso Briones, ya que fue él, al fundar la misión de Nombre de Dios,
quien puso las bases y fomentó el crecimiento original del núcleo urbano
original.
Sin embargo, quizás el olvido más lamentable sea, como lo señala el
historiador Zacarías Márquez, el de los indios Juan de Dios Barba y
Cristóbal Luján, ya que siendo ellos los descubridores de los minerales
que dieron origen a la existencia de Santa Eulalia y Chihuahua, ni
siquiera una calle los recuerda. Acerca de ellos nos dice el corregidor
de Chihuahua, don Antonio Gutiérrez de Noriega en 1753: “Esta mina
(refiriéndose a la de Nuestra Señora de la Soledad, descubierta por
Barba y Luján) fue la primera que resonó con su voz de plata el clarín
de la fama, llegando el eco de su abundancia a todos los confines de la
tierra; pues siendo dos pobres solos los descubridores, después
concurrieron de todas partes diversidad de gentes para adquirir de los
metales que pródiga manifestaba la tierra, en tal número que pudieron
formarse, como se formaron, dos poblazones en pocos meses, y en pocos
años se hizo una tan crecida que es la que hoy se llama villa de San
Felipe el Real”.
Por: Carlos Lazcano Sahag
* Tomado de http://www.mexicodesconocido.com.mx/origenes-de-la-ciudad-de-chihuahua.html
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