domingo, 30 de junio de 2013

"Ya no vivo, ya no duermo, ya no puedo más". (Introducción).

Mis queridos amigos, la historia que presento a todos ustedes es muy fuerte y, en lo personal, a un servidor lo ha impactado de manera considerable, ha dejado una marca profunda e imborrable, tanto en mi ser, como en mi corazón, jamas pude imaginarme lo que esta mujer tuvo a bien contarme y que, llena de confianza hacia mi persona, la llevo a poner en mis manos la carta que contiene su relato amargo y desgarrador.

Es innegable para mi, que fué conmovedora su narración aquel día en que platicamos y que llego a hacer que mis ojos se llenaran de lagrimas, quede completamente consternado y con un sentimiento jamas antes experimentado, vi rodar lagrimas por sus mejillas, lagrimas de una madre desesperada, llena de angustia y con el corazón destrozado, que no sabe que hacer o a quien acudir, a quien pedir ayuda en esta situación que la consume por dentro, que le quema el alma y le ha dañado profundamente.

Me ha pedido guardar el anonimato por razones muy comprensibles y he aceptado atendiendo a sus motivos, lo único que desea es poder encontrar la comprensión y la ayuda que en estos momentos necesita, y que necesitó hace más de 30 años y que hasta el momento no ha encontrado, recuerdo bien sus palabras: "Ya no vivo, ya no duermo, ya no puedo más, mi llanto es constante, esto no es vida para mi ya, necesito sacar esto de mi corazón, por eso cuando usted me dijo que quería escribir nuestras historias me decidí a contárselo, quiero que lo sepa, que lo cuente a todos, necesito desahogar mi pena, por eso, por eso se lo digo a usted".

Es por eso que publico esta historia, con la esperanza de que llegue a todos y cada uno de ustedes, que toque las fibras más sensibles de su ser, que conmueva sus corazones y con la esperanza de que alguien pueda brindar ayuda a esta mujer afligida y dolida por su experiencia, con la esperanza de que la solidaridad que caracteriza a los Chihuahuenses y a los Mexicanos se haga patente, y con ello tenga una opción para poder salir adelante y recuperar la paz perdida hace tantos años y que esas lagrimas que hoy derrama por el dolor y la aflicción, se conviertan en lagrimas de alegría y esperanza.

Mi compromiso con ella es grande y fuerte, y es el de llevar esta historia hasta ustedes, el de dar a conocer su sufrimiento, buscando con ello la ayuda desinteresada que alguien pueda brindarle ante esta amarga y cruel realidad que vive, que se alce nuestra voz, no permanezcamos en el silencio que daña a los más desprotegidos, a los indefensos, a aquellos que por ser humildes son vejados, que por esa condición son menospreciados y son víctimas de numerosos abusos, unamos nuestras manos para ayudar, que no se apague la esperanza de esta madre, les pido lean y compartan esta historia con sus amigos, que se haga mas grande la cadena de bondad que representa transmitir este relato, demostrémosle a ella que la apoyamos y hagámoselo saber, pido a ustedes comenten acerca de esto, escriban palabras de aliento, las cuales yo le llevare para que sepa que no esta sola.

Amigos, mi fe esta puesta en Dios y en todos ustedes, se que hoy haremos juntos un esfuerzo para dar alegría y paz a su corazón.

De antemano les agradezco y que dios los bendiga.

                                    Atentamente:

                             José Márquez Velarde








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